Un
poco de psicrometría
A
la presión de la cantidad de vapor que hay en el
interior de una vivienda (humedad absoluta) se
la representa en general, mediante la Presión
de Vapor (Pi)
que se expresa en kilopascales [kPa]. La
Humedad Relativa (HR) es
la relación entre la Pi
y la Presión de Vapor de Saturación
(Psat),
que es la máxima cantidad de vapor de agua que
puede contener una masa de aire seco en determinadas condiciones
de presión y temperatura.
Si la Pi
es menor a la Psat
(HR<100 %) le corresponderá una temperatura
de rocío (tr) inferior
a la temperatura del ambiente, que será menor cuanto
más baja sea la HR. Es a esa temperatura a partir
de la cual comenzará a producirse condensación.
Origen
de las condensaciones
Las
condensaciones se originan en el cambio de estado de parte
del vapor de agua contenido en el aire, que se encuentra
o se genera en los edificios, sobre las superficies interiores
de los paramentos o dentro de los mismos.
La condensación se produce, o bien por un
incremento de la cantidad de vapor de agua del ambiente
sin modificación significativa de la temperatura
del aire (esto genera un aumento de la HR,
comenzando la condensación al alcanzarse la Presión
de Vapor de Saturación Psat),
o por un descenso de la temperatura,
aún sin variar el contenido de vapor de agua en
el aire (lo que producirá de igual modo un aumento
de la HR, iniciándose
la condensación al alcanzarse la temperatura de
rocío tr).
Si la condensación se produce en la superficie
interior de un cerramiento se la llama condensación
superficial y si ocurre dentro de aquel se la
denomina condensación intersticial.
Flujo
de vapor por los cerramientos
El
vapor de agua producido en el interior de un local aumenta
la presión de vapor del aire ambiente y esto ocasiona
una diferencia de presión de vapor entre los ambientes
interno y externo en virtud de la cual se produce un proceso
de difusión de vapor a través del
elemento separador de los dos ambientes, desde el ambiente
con más presión de vapor, generalmente el
interior, hacia el ambiente con menos presión de
vapor, generalmente el exterior (en condiciones invernales).
La presencia de este flujo de vapor no supondría
mayor inconveniente si no fuera por el riesgo asociado
de que, dependiendo de la naturaleza de las capas constituyentes
del cerramiento, pueda pasar, por condensación,
de la fase gaseosa a la líquida dentro del cerramiento,
afectándolo.
En
este fenómeno de transporte de vapor a través
del cerramiento, si en algún punto de su interior
la presión de vapor es superior a la de saturación
en ese punto, o dicho de otra forma, si la temperatura
en ese punto es inferior a la de rocío del vapor
en el mismo se producirá condensación de
vapor de agua.
Influencia
del aislante
Un
aislante térmico, al disminuir el flujo de calor
en mucha mayor medida que el resto de materiales, "absorbe"
la mayor parte de la diferencia de temperaturas que soporta
el cerramiento, lo que lleva a que en su cara "fría"
la temperatura sea ya tan baja casi como la del ambiente
exterior.
Cuando
se instala un aislante en un cerramiento hay que tener
en cuenta
su mayor o menor resistividad a la difusión
del vapor. La razón estriba en que, como
la ropa, desde el momento en que el aire o gas incluido
en los poros del aislante es sustituido por agua, ésta
tiene una "lambda" 25 veces mayor que la del
aire. Si, además, se hiela, el hielo conduce unas
90 veces más el calor que el aire. Esto ocasiona
un aumento de la transmitancia, amén de la aparición
de condensaciones. Evidentemente, la "no" solución
de no poner aislamiento, puede eventualmente (no siempre)
evitar condensaciones en el interior del cerramiento ("intersticiales"),
pero sólo a costa de que aparezcan las aún
más temidas condensaciones "superficiales"
(por efecto del puente térmico o "pared fría
" que se origina) y a costa, además, de una
pérdida de confort térmico y un despilfarro
de calefacción.
Debido
a esto, se puede colocar una "barrera"
de vapor, lógicamente en la cara "caliente"
del aislante, donde el vapor va a permanecer como tal
sin alcanzar la peligrosa saturación (otro asunto
será ver la efectividad de la barrera y si su instalación
ha sido adecuada).
Si
el aislante térmico es análogamente resistente
a la difusión del vapor, no surge la condensación,
puesto que el poco vapor que alcanza la cara "fría"
del aislante no basta para alcanzar la saturación
(humedad relativa = 100%) y así empezar la condensación.
Cuanto más resista el aislante térmico la
difusión del vapor (caso del XPS, con un elevado
factor µ), menor riesgo habrá de condensación,
independientemente del (mejor o peor) modo en que se haya
instalado.
La
condensación superficial: influencia de la temperatura
superficial interior
El
riesgo de que se produzca condensación superficial
depende:
1) de la cantidad de vapor de agua que se halle en el
ambiente, y
2) de la temperatura superficial interior de los cerramientos
(tsi).