Intercambiador de placas
Los intercambiadores de placas están formados por una serie de placas unidas entre sí, y montadas sobre una estructura de soporte. Este tipo de intercambiador está diseñado de forma que los dos fluidos circulan en contacto con las caras opuestas de una misma chapa metálica a través de la cual realizan el intercambio térmico.
Como estas placas son independientes entre sí, el intercambiador
puede ampliarse fácilmente añadiendo placas adicionales, sobre
todo si se ha previsto dejar un espacio de reserva en la estructura de soporte.
Los componentes del intercambiador de placas son:
• Placas de transferencia: Son unas placas metálicas, construidas
comúnmente de acero inoxidable, en las que se estampan unas ondulaciones
con objeto de aumentar su rigidez, permitiendo así trabajar con mayores
presiones, al mismo tiempo que se aumenta la superficie de contacto con el fluido
circulante y se favorece la formación de un flujo turbulento que facilita
el intercambio de calor. En la placa también se encuentran los orificios
para la entrada y salida de los fluidos y las ranuras de montaje para la fijación
de las mismas sobre la estructura de soporte.
• Junta: Entre las placas se monta una junta o elemento
de estanqueidad, situado dentro de una ranura estampada en la misma placa. El
material utilizado en la fabricación de la placa (caucho, vitón,
teflón,…) será el que determinará la temperatura
y presión máximas de trabajo del intercambiador de placas.
• Cabezales: El conjunto del intercambiador incluye dos cabezales, uno
fijo y otro móvil. El cabezal fijo forma parte de la estructura de montaje
y soporte, incluyendo los alojamientos para las barras de soporte de las placas,
los pernos de apriete y las conexiones de entrada y salida de los fluidos. El
cabezal móvil es el que sirve de cierre a todo el conjunto, y por lo
general no incluye conexiones para los fluidos, salvo en el caso de intercambiadores
de varias etapas.
El apriete para comprimir las juntas y mantener las placas unidas se aplica por medio de unos pernos de apriete que se fijan sobre los cabezales, por lo que éstos suelen ser muy gruesos o reforzados por nervaduras de refuerzo. La presión de apriete dependerá del número total de placas y de la presión de trabajo del intercambiador.